Los principales tipos de tratamientos contra el cáncer en la actualidad
Hoy en día, el cáncer se ha hecho más común de lo que debería y esto hace que los Oncología tratamiento sean algo del día a día. Afortunadamente, la medicina ha avanzado mucho y existen varias formas de tratar de manera efectiva el cáncer.
En el día de hoy hablaremos sobre los principales tratamientos contra el cáncer que se aplican actualmente para los pacientes oncológicos.
Tipos de tratamiento del cáncer
El tratamiento del cáncer incluye actualmente terapias tradicionales (como la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia), nuevas formas de tratamiento, así como terapias alternativas y complementarias. A continuación se ofrece información específica sobre estas opciones de tratamiento.
Quimioterapia
La quimioterapia implica el uso de medicación y fármacos que se introducen por vía intravenosa u oral y que afectan a todo el organismo. Existen más de 50 tipos de fármacos quimioterapéuticos; casi todos ellos actúan dirigiéndose a las células que se multiplican rápidamente, una característica distinta y común a todas las células cancerosas. Sin embargo, también hay otros tipos de células en el cuerpo que se multiplican rápidamente pero que no causan cáncer, como el revestimiento del estómago y las células del folículo piloso, y sin embargo también son objeto de la terapia. Esta es la razón por la que las personas que se someten a este método experimentan fuertes dolores abdominales y sufren la caída del cabello. Otros efectos secundarios comunes de la quimioterapia son la fatiga o el cansancio, las náuseas y los vómitos, la anemia, la vulnerabilidad a los hematomas y las hemorragias, la pérdida de apetito, la deshidratación, los problemas de sueño, los problemas digestivos y la diarrea.
Radioterapia
La radioterapia consiste en el uso de una radiación concentrada de alta energía dirigida a eliminar células tumorales específicas. Con este tratamiento, las células cancerosas son dañadas y eliminadas sin comprometer demasiadas células sanas. La radioterapia es cuidadosamente planificada por un oncólogo radioterápico y se realiza de forma regular durante un periodo de tiempo determinado. Los efectos secundarios de la radioterapia dependen en gran medida de la zona en la que se aplica la radiación. Por ejemplo, la radiación en partes del sistema digestivo puede provocar pérdida de apetito. La radioterapia suele provocar el oscurecimiento de la piel en la zona tratada.
Cirugía
La extirpación de los tumores cancerosos mediante cirugía ha sido una de las piedras angulares del tratamiento del cáncer. El uso de la cirugía para el cáncer abarca diferentes métodos que van desde procedimientos menores para el diagnóstico y la evaluación (como la biopsia para determinar la naturaleza celular y el estadio del cáncer) hasta operaciones quirúrgicas mayores para eliminar las células cancerosas primarias. Sin embargo, la extirpación quirúrgica de los tumores suele complementarse con otras opciones de tratamiento debido a la posibilidad de que se produzcan metástasis, una condición en la que las células cancerosas reaparecen y el cáncer se agrava. Cada vez hay más pruebas científicas que sugieren que la cirugía del cáncer puede aumentar el riesgo de metástasis, por lo que suele ir seguida de quimioterapia y radioterapia.
Terapia dirigida
La terapia dirigida contra el cáncer es una nueva rama de la quimioterapia que funciona bien para algunos tipos de cáncer. Consiste en el uso de fármacos terapéuticos que no actúan de la misma manera que los fármacos de quimioterapia estándar. En lugar de dirigirse a las células que se multiplican rápidamente, los fármacos de la terapia dirigida están diseñados para interferir con determinadas moléculas y enzimas necesarias para el crecimiento y la progresión de las células tumorales. Esta terapia sólo funciona para determinados tipos de cáncer, como el cáncer de mama (tipo HER2+), el carcinoma de células renales, el melanoma, el cáncer de cuello de útero, el cáncer colorrectal, el glioblastoma, el cáncer de ovario, el cáncer peritoneal, el linfoma Hodgkin y no Hodgkin, el cáncer de próstata y la leucemia linfoblástica o linfocítica.
Trasplante de células madre y médula ósea
El trasplante de células madre y de médula ósea son opciones de tratamiento invasivas sugeridas para varios tipos de cáncer, como la leucemia, el linfoma y el mieloma múltiple. Este método de tratamiento, que suele sugerirse después de haber completado la quimioterapia y la radiación, se centra en reponer el cuerpo con un nuevo conjunto de células sanas y médula ósea que producirá nuevas células. Las células madre pueden formar nuevas células sanguíneas y plaquetas que pueden atacar y destruir cualquier célula cancerosa que quede en el torrente sanguíneo.